Como una piedra
rodante, algo que jamás se llenará de polvo, no le visitará el moho, rodará y
seguirá, sólo el tiempo le dictará su final y es muy probable que ese final sea
el inicio de una nueva senda para transitar.
La literatura
es eso, desde un punto personal, considero que la literatura es una piedra
rodante, usando el título de la canción de Bod Bylan: "Like a rolling
stone". Una expresión anglosajona que refleja el no quedarnos
estancados, seguir. Ese mismo pensamiento lo expresó Sara Danius, quien en el
año 2016 fue secretaria permanente de la Academia Sueca del Premio Nobel, el
mismo año de entrega del Premio Nobel de Literatura a Bod Dylan; ella expresó
esa manera que tiene el cantautor para seguir rediseñándose y provocando el
cambio en sí mismo, vamos, no estancarse y que sus letras reflejan ser testigos
fieles de su época. Además, Dylan ha influenciado a muchos creadores musicales,
el argumento más contundente al respecto fue la creación de una nueva poética
(esto se habló en 2016); independientemente de la música o qué instrumentos
musicales fueron necesarios para sus canciones, las letras fueron el enfoque
por el cual le brindaron dicho premio.
Bod Dylan, en
su discurso de entrega del Nobel, un requisito irreductible para ello, mencionó
algo interesante; este material se encuentra disponible en portales web y
plataformas de streaming como Youtube para su revisión; en su
versión traducida al español podemos encontrar un par de enunciados fascinantes
donde el cantautor menciona que no se preocupa por la manera en cómo se
recibirá su creación, únicamente se enfoca en expresarla y ya; no necesita
saber el significado, lo que significa, sólo escribe, se expresa. La única
premisa que le es importante para él: generar emociones.
Eso es
literatura, todo arte debe generar emociones o reacciones, de lo contrario,
¿para qué fue creado?, incluso, en el no generar algo, se genera. Pero
regresando al entorno que se propició por este premio; Fernando Navarro
(redactor cultural especializado en música) expresó en su artículo para El País
(web) "Bob Dylan, premio Nobel de Literatura 2016" los
vínculos que tiene el hombre que nació en Minnesota, EEUU, con la poesía,
incluso, menciona al poeta Nicanor Parra ensalzando fragmentos de la obra de
Dylan, en específico, la canción Tombstone Blues.
Recordemos que
la poesía tiene ritmo, tiene composición, incluso, grandes poemas fueron
llevados a la música, no sólo en géneros considerados bohemios como fue el caso
de Joan Manuel Serrat quien llevó el poema “Cantares” de Antonio Machado
a la música o de igual forma Gotan Project con el poema de Juan Gelman “Confianzas”
en voz de Cecilia Roth para transformarlo en electrotango.
Navarro
menciona, además de una breve y contundente historia de Dylan y las influencias
en su carrera como también lo mucho que ha influenciado al mundo de la música y
fuera de ello, el replantearnos la literatura, no en el campo de tomar un
instrumento o elementos visuales o algún otro que “impulse” (por así decirlo)
el contenido de las palabras, ya que Bob Dylan expresó las vicisitudes de su
época, que se hayan decantado en la música, pues sólo ha sido un medio para
cumplir ese fin; esto se complementa con el discurso del cantautor al recibir
el premio. Es comprensible esta situación, el reflejo claro de esto es la
cantidad de referencias de las cuales se desglosan las composiciones de Dylan,
la influencia de éste en otros medios de creación y la insistente candidatura
para ganar el Premio Nobel de Literatura porque significa que la literatura
debe ser esa piedra rodante, debe seguir planteando nuevos terrenos para
experimentar y es en esa experimentación (fallo, tras fallo) donde se podrá
aprender nuevos conceptos y formas; tal fue el caso, recordando, de las sillas.
Antes, dichos muebles eran de madera o de acero, contundentes y pesados,
símbolos de poder, pero los nuevos diseños al inicio del Siglo XX crearon una
revolución en diseño, tal fue el caso de la Silla Brno (1930) por Mies
Van Der Rohe, una silla que rompió esquemas en su diseño, no fue la primera en
ser creada con esos materiales o con estructura tubular, eso lo tiene la Silla
Wassily (Modelo B3) por Marcel Breuer (años 20), pero es, creo, un caso
análogo en la literatura. Si algo ya está creado, ¿no debe seguir
reinventándose?
Sara Danius
argumentó que Dylan creó nuevas poéticas; Dylan sólo quiere expresarse sin
pensar en significados, Navarro, es momento de comenzar a explorar temas más
allá de los medios convencionales para las letras; yo creo que ese premio nos
debe seguir resonando, pese a los 6 años de su entrega (siendo hoy 2022),
debemos seguir rodando para no empolvarnos, para que el moho no nos alcance y
si nos estancamos, saber que es el inicio de una nueva senda a transitar porque
la literatura he hecho eso: ser una piedra rodante.
Escrito por Luis Antonio González Silva (@cuervocaos)
para Palabra Divergente. 16 de diciembre de 2022.
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