Si lo preguntas, sí, el título de esta publicación es
basada en el show web “Don't Hug Me I'm Scared” (2011) y creo en este
juego de palabras surtirá efecto para el punto que vamos tocar.
Aclarando, si buscas sangre, una balanza inclinada y
una postura “digisocialmente aceptable”, no, aquí no; se darán a conocer
ciertos datos desde 2011 cuando el funar no era llamado funar, parte de su
mayor pico en 2019 y preguntas para este final de 2022. Si es de tu agrado las preguntas
al azar para la reflexionar, adelante, pasa y aquí se ha cantado la advertencia.
Hace unos días entré a Twitter, como siempre, a la
hora del café en la mañana para enterarme de las noticias y últimos trend,
digo, noticias malas con café amargo hacen mi día un día; de un tiempo a la
fecha hay funa en turno, si no es una celebridad web, es una convencional, o un
político o alguien, o un programa o una interpretación de material, siempre hay
una funa o se está desarrollando una en tiempo real; parece que estoy bromeando,
pero no.
Si quieres saber que es funa, ve a Google, pero acá la
hacemos sencilla: linchamiento digital.
¿Por qué? ¿Así cómo? Ve a Google; pero hoy en día se
toma como linchamiento digital, pese a su origen revolucionario y de esperanza
que nace en Chile para la primicia: “Cuando el sistema le falla a la víctima,
la justicia está en la funa”.
Paula Lepe para CNN Chile (17 diciembre 2019) escribió
un artículo donde se consultó a psicólogas, abogadas, colectivas (en ese entonces
agrupaciones feministas) y se decanta la funa como una respuesta franca ante la
falta de un sistema judicial confiable y con perspectiva de género.
Tenemos una fecha más a tener en cuenta, pongo los
links en los nombres de autoras de dichos artículos para su exploración; 2019,
¿recuerdas que hacías en ese año? ¿Qué estaba pasando en el mundo? ¿Lo recuerdas?
No hablo de 2011 cuando empecé este entrada de blog, hablo de 2019 siendo hoy
2022, ya 2023, ¿lo recuerdas?
Margarita Rodríguez para la BBC Mundo (05 diciembre
2011) hizo una investigación sobre los primeros casos de difamación en lo
virtual, ni siquiera estamos hablando de la fuerza de redes sociales, pero se
daba la protoidea de estos nichos; entre sus palabras, se denota el uso de un RSS
para monitorear si hablan de ti o de tu marca dentro del internet; se expuso el
nulo marco legal ante una difamación digital y la mejor herramienta para ello
es leer bien los términos y condiciones de cada espacio virtual donde vamos a
colocar nuestro nombre o marca.
¿Por qué esto? Desde 2011 a
2019 algo pasó para que el término funar saliera de Chile y se añadiera a
nuestro léxico como hispanohablantes, ¿qué pasó? Un hartazgo al sistema judicial
ante la poca acción para con las denuncias levantadas por violencia de género;
la idea era esa: cuando la justicia era poca, la funa debía ser contundente. Esto significa que debe existir un precedente
legal, es decir, si las autoridades mediante sus sistema judicial no quieren
proceder o, de hacerlo, proceden con inconsistencias o buscan favorecer a una
de las partes implicadas, se aplica funa con toda la fuerza. Se busca la
presión social para una óptima resolución y voz a la víctima en busca de
justicia.
¿En qué momento olvidamos eso?
La funa era él último recurso, no el primer salto o reacción inmediata ante
algo. La funa, más ligada ahora con la cultura de la cancelación, se volvió en el
pan nuestro de cada día; incluso, la broma de “hoy toca funa” o “te vas a dormir
y despiertas funado”; ¿recuerdan la última funa que haya tenido tanto impacto
que logró el cambio? ¿De esa última, existió un precedente legal? O si te
refieres a un “cambio” de producto como una etiqueta, un ingrediente, tu personaje
favorito, película, serie, diálogo de un personaje ficticio o algo semejante,
pues, no sé si sea funa… le veo más ojos de “necesitamos cambios por los dólares
no por ser socialmente responsables”.
Cierro estas palabras para
recordarte que las fechas puestas acá tienen significado y están hiladas; lo
segundo, debemos fortalecer la funa como ese último recurso para hacer justica
cuando la misma justicia es comprada o secuestrada por el poder, agotando las
vías y ser la funa ese último recurso para visibilizar y protestar a bien de la
justicia… y no por una reacción inmediata de algo que no nos gusta o por seguir
fomentando cámaras de eco con discursos de odio. No me abraces, me están
funando.
Escrito por Luis Antonio González Silva (@cuervocaos)
para Palabra Divergente. 17 de diciembre de 2022.
Photo by @lunarts
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