Los resultados de la Consulta Popular tienen distintas interpretaciones. Para Morena fue una “victoria arrasadora” pese al boicot del INE, para la derecha cavernícola fue una derrota aplastante para AMLO, votaron la mitad de los que lo pusieron en el 2018. Mientras que para el INE, los “favorables resultados” los intenta capitalizar para sostener que “hay INE para mucho rato”. Veamos los argumentos.
Terminas y te vas: la derecha
La oposición de derecha en un intento de cerrar filas, se alineó bajo la consigna de “Terminas y te vas”, promoviendo no votar. Si bien esta consigna suena burda, y causa gracia a algunos periodistas pro-morena, fue un poco más elaborada que el mero exabrupto. Si bien esconde la fragmentación que hay en la derecha, tanto en los partidos patronales (PAN, PRI, PRD) como en la sociedad civil (FRENA, Claudio X. Gonzalez, etc.), trata de ir más allá de lo que el mismo AMLO ha reiterado en varias ocasiones, permite presentar hacia afuera una acartonada unidad en la movilización y en la acción ¿Irá más allá de la consigna?
El llamado a no votar, no sólo partía de que era un “fraude”, sino que el no hacerlo le permite intentar capitalizar los resultados para mantener esa falsa unidad cimentada en la abstención. Es decir los que no salieron a votar como en 2018 se “desencantan del presidente”, “no aprueban el gobierno en turno”, “el rechazo crece y crece”, y demás afirmaciones. Es un intento oportunista de parte de la reacción para convertir una debilidad en una fortaleza. Supongamos que la derecha se hubiera movilizado para votar la revocación, la derrota en las urnas solo mostraría la debilidad que tienen contra un gobierno ampliamente popular, caso contrario si se considera como un todo homogéneo la abstención, el “no voto”. Es preferible, estadísticamente, apoyarse de la “mayoría” para mostrar fuerza que ir a las urnas y dejar en evidencia su debilidad.
Victoria arrasadora: Morena
Morena es una máquina electoral, no una escuela de política -aunque al filósofo Enrique Dussel, presidente del Instituto de Formación Política de este partido no le guste. Desde el 2005 AMLO apuesta más por un aparato político electoral que por un aparato militante, este vicio heredado del PRD le está redituando en enormes frutos electorales. A la declaración de victoria hay que preguntar ¿De verdad corría AMLO peligro de ser revocado? La respuesta es no, no había ni hubo peligro de revocación. Esconden detrás de esta parafernalia la afinación de la maquinaria electoral; ponen a prueba a la capacidad militante, instalan figuras locales y regionales; acumulan capital simbólico, social y político que pondrán en juego en el 2024.
Con más del 90% contra un menos del 8% AMLO promueve el eslogan: el pueblo pone, el pueblo quita, avivando las fricciones contra el INE y contra la oposición, señalado de boicoteadores y de "no demócratas", respectivamente. Trata de convertir este acto de legitimación de las instituciones, en un acto de democracia participativa; y algunos van más lejos, señalan que es un “acto de democracia directa”, afirmación muy lejana de las asambleas indígenas de nuestro México o de los soviets rusos de 1917.
Haciendo maniobra aritmética tratan de señalar que sí se hubiera puesto el 100% de las casillas y no solo ⅓ hubieran rebasado los 40 millones de votos. Este cálculo, además de abusar de la aritmética, limita ver el descontento relativo que se ha venido expresando en las luchas obreras como lo son los mineros en paro en Durango, la huelga de SutNotimex, los trabajadores de cultura de la Ciudad de México, etc. Hubo un sector de la sociedad que no salió a votar porque perdió confianza en el gobierno.
Hay INE para mucho rato: Lorenzo Córdoba
La disputa de la interpretación de la revocación entre el oficialismo y la oposición de derecha, deja en segundo plano el acarreo de agua que hace el INE. Para AMLO y Morena, el INE es un vestigio del pasado, un adefesio demasiado costoso -lo cual es cierto-, es una rémora que hay que superar. Mientras que para la derecha, es la síntesis de “años de lucha por un organismo autónomo para garantizar la democracia”, una democracia -que hay que señalar- es funcional al status quo, funcional a la maquinaria de desigualdad llamada capitalismo.
La consulta popular desde sus primeros días de gestación causó preocupaciones, problemas y señalamientos a los consejeros del INE de boicoteadores, de antidemocráticos. Tras la votación, esta situación no termina, por el contrario adquiere mayor impulso tornándose de ahora en adelante -junto con la reforma eléctrica - en la agenda central de AMLO. No es casual que los consejeros destacan el papel fundamental que jugó este organismo, y que elogien la celebración de AMLO, al mismo tiempo que pretenden legitimar su existencia. Pese a ello la iniciativa que el presidente va a enviar al Congreso buscará su “transformación” para instituir una “democracia en beneficio del pueblo”.
Lo real es que el INE es un organismo emblemático de la democracia burguesa. Excluye, obstaculiza y veta a los representante populares y laburantes, tales son los casos de Marichuy (del Consejo Indigena de Gobierno), Toñita (obrera despedida de Eaton) o de Flora Aco (trabajadora del DIF de la CDMX) cuando intentaron buscar sus respectivas candidaturas. Es claro que la casta del INE buscará defender sus privilegios apoyándose en la oposición de derecha, advirtiendo que “desmantelaran los organismos autónomos”.
Comentarios preliminares
La consulta de revocación promovida desde el Estado y militada por Morena, incluyendo a funcionarios públicos, muestra la base dura del lopezobradorismo al mismo tiempo que mantiene en buena forma la maquinaria partidaria, también busca instituir en el largo plazo la canalización del descontento por la vía institucional. Es decir, ante una posible “ repetición de la historia” y tuviéramos la tragedia de volver a tener un Peña Nieto, el descontento sería canalizado a la vía institucional para “revocar” a este presidente malo, descartando la movilización popular y obrera. Para muchas personas es muy bien visto este curso, sin embargo, los problemas políticos que expresan los representantes públicos, subyacen en los campos que van más allá de la política.
La política mexicana continúa con la tendencia abierta en 2018: fortalecer las instituciones que permiten lubricar la maquinaria económica. Está tendencia reduce las clases sociales, los grupos étnicos, las distintas capas sociales a meros individuos homogéneos ante una boleta electoral. Esta democracia liberal-formal encubre los conflictos sociales, convierte por un lado las acciones colectivas de amplias franjas de la sociedad en actos individuales -ir a votar y “elegir” nuestro futuro- , y a "malos" gobernantes por el otro. Los métodos de lucha y organización de la clase trabajadora y del pueblo no caben en las urnas cuando los problemas se presentan diariamente en nuestros centros de trabajo, colonias y escuelas.
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