El Santo también fue underground: La arena revolución, Cancún*

Lucha Extrema Estilo DTU Mex En Cancun Arena Revolución contra Príncipe Cometa


 

I

Si bien la historia de la lucha libre data de la Grecia antigua, a México llega en el siglo XIX introducida por mineros y trabajadores británicos. Este deporte no tardó en obtener popularidad, principalmente entre las clases más bajas de la metrópoli defeña, que en la década de los años 30 hacía filas para disfrutar las primeras funciones en la Arena México. Ahí surgieron ídolos populares como Blue Demon, Mil Mascaras, Huracán Ramírez y el Santo, entre otros, siendo inmortalizados en la época de oro del cine mexicano y difundidos en el mundo con el género del cine fantástico por directores de talla internacional como Ismael Rodríguez, generando héroes de carne y hueso entre el populacho. El Santo, por ejemplo, a diferencia de los héroes gringos, sí existía y se le podía ver cada semana en la Colonia de los Doctores. Con el bum de este deporte espectáculo, se generó en el inconsciente colectivo una serie de creencias generalizadas y representaciones simbólicas de la realidad, misma que podían verse proyectadas en la diversidad de colores y formas con los que se caracterizaban los luchadores y que al mismo tiempo, llevaba a los espectadores a tomar partido por su favorito, entrando en una dinámica maniqueista en la que un ritual semanal se convertía en un espacio de confrontación simbólica, en una lucha por la reivindicación cultural y el sentido de pertenencia: rudos o técnicos.

Para la década de los 90, la lucha libre era ya una industria cultural, sobre todo con el nacimiento de empresa como la AAA, quien se encargó de llevar dicho espectáculo a varias regiones del país en los que sólo se conocía gracias a la T.V. abierta. En el caso de Cancún, los estadios y la plaza de toros eran las palestras principales para estos encuentros impulsados por empresas grandes, sin embargo, en el Cancún de abajo, en el subterráneo, se iba gestando una afición luchistica que prevalece hasta hoy, como lo afirma Ala Dorada: “Antes la lucha libre se daba en otra arena, en el crucero en el exTerraza Peraza, la lucha la llevaba León rojo. La gente se ha identificado con sus favoritos.

 

 

 

 

II

Si pasas caminando sobre la Av. Lòpez Portillo a la altura de la Sm. 63, no notarás lo que es. Afuera lo primero que se aprecia es un local de comida y sí, algunas lonas que anuncian funciones de lucha libre, pero a ciencia cierta, no te pasa por la cabeza que sea ahí La Arena Revoluciónuna arena que nació para la lucha libre y no por la lucha libre. A mí me invitó un amigo. La verdad es que nunca pensé que existiera en Cancún un lugar con ya más de 2 años de trayectoria, como bien afirma Black Star, uno de los luchadores de ese encordado: “el proyecto tiene 4 años, pero 2 años formal. Nace porque a muchos luchadores muy buenos en Cancún no les daban oportunidad, eso molestaba, porque los intereses de otras empresas no es difundir la lucha libre, sino hacer negocio. Los intereses de La Arena Revolución es difundir el deporte e impulsar a estrellas locales”, y en esa lógica, los  sábados de cada quince días ha habido funciones de manera ininterrumpida -de no ser por las inclemencias del tiempo. La primera impresión que recibí del lugar al asistir,  fue de una película surrealista. El lugar no tiene techo, así que puedes observar las nubes y las estrellas, el piso está en obra negra, una parte tiene tierra y la otra cemento gris, las paredes no están repelladas, al fondo hay una construcción de 2 pisos y es de la parte de arriba de la que hacen su aparición los luchadores, alumbrados por un reflector con luz blanca que los sigue desde que salen de un cuarto que tiene como puerta una tela negra, hasta que llegan al ring y hacen el recorrido ritual para dar la mano al público, hay un proyector que presenta videos de bromas o bailes extravagantes, y si eso fuera poco el Referi, una persona como de 50 años, es conocido como “El Chamaco”. Ahí, como afirma Sister Star una de las pocas gladiadoras de Cancún, “somos una familia, puedes venir, sacar todo tu coraje. Enseñamos que la lucha no es faramalla”. Los símbolos no se hacen esperar, en el ritual quincenal, las máscaras y las cabelleras se conjugan en dos bandos antitéticos: los rudos y los técnicos. Con ello, la necesidad de pertenencia hace que el público toma partido por algún bando, y al hacerlo, saque su parte más agresiva por medio de gritos, mentadas de madre y risas a carcajada cual comedia griega.

Los actores que participan en el cuadrilátero son de carne y hueso, pero feticihizados por los espectadores, representan la maldad y la bondad, a tal grado de juzgar moralmente a sus oponentes y castigarlos con llaves, patadas, planchas y demás golpes. Abandonan su nombre por un instante y se sumen en otra realidad, la realidad de un ritual mágico, de un espectáculo Folck urbano que engloba años de tradición cultural y se sintetiza en las más de 3 horas que dura la función. Asisten niños, jóvenes, adultos, sin importar genero ni gustos, la catarsis colectiva todo perdona, incluso las diferencias musicales cuando de fondo sueña la rola “17 años”. En esta lógica de juzgar y castigar, Desastre comenta: “Mi personaje nace porque estamos haciendo una destrucción del planeta, es una forma de decirle a la gente que estamos haciendo algo malo. Cuando me subo al ring, siento que mi contrincante es una persona que está destruyendo el planeta, por eso me voy con todo”. Cuando Desastrelucha y castiga a su oponente, busca la aprobación del público con una frase que lo caracteriza: ¡A huevo verdad! El público eufórico lo apoya y en un momento comparte el desastre que él genera, lo mismo pasa con TornadoYuly BlackEl CadeteLa GarritaLa Chacala entre otros. Personajes que más bien parecieran una extensión de los tótems en algunas culturas primitivas, o nombres místicos de guerreros ancestrales. 

Como espectáculo suburbano, La Arena Revolución no está en ninguna nómina de gobierno, es un proyecto autónomo y autogestivo que busca vivir para la lucha libre y no de la lucha libre como se puede ver en la cuota de recuperación de $ 50.00.  Una de las parejas más reconocidas por el público y otros promotores, son los Star, quienes por su memoria histórica y reconocimiento al trabajo de su maestro Súper Sónico, se autodenominan así. Sobre la publicidad y su trabajo, Silver Starcomenta: “La gente sabe apreciar la buena lucha, aquí todo se ha dado de boca en boca. Es muy poca la publicidad que nosotros tenemos, pero notros lo hacemos por el amor al deporte, somos los que cobramos más barato porque es algo que nos gusta, queremos que la gente disfrute nuestro trabajo. Vivimos para la lucha libre, más no vivimos de la lucha libre. Aportamos cultura, todo lo que ves aquí, ha sido creado por todos, es autogestivo”. Como bien dice Guardia Imperial, desde su nacimiento, esta Arena ha sido semillero de nuevos talentos, impulsando el deporte y promoviendo en los jóvenes una cultura auténtica que ha prevalecido aún a pesar del avasallamiento de empresas que la han visto más como una mercancía que como una actividad cultural procreativa, pero como siempre, la alternativa y las manifestaciones reales y auténticas surgen de abajo, en este caso, de La Arena Revolución, porque el Santo también fue underground.




* Texto publicado originalmente en la Revista TROPO A LA UÑA, 2017.

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