La Coyolxauhqui, los poemas de Sor Juana Inés de la Cruz, José Joaquín Fernández de Lizardi, José Revueltas. Por muchos siglos nuestros artistas enriquecieron a nuestra sociedad con sus obras de impactante belleza. El juego de Pelota de Chichen Itzá, El Popol-Vuh; los murales de José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros. Desde El Templo de la Serpiente Emplumada en Teotihuacan, los poemas de Netzahualcóyotl, El Calendario del Sol; hasta el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y el pintor Francisco Toledo.
Ellos produjeron obras que nos inspiraron, elevaron el espíritu y conmovieron. Y lo hicieron por exigirse a sí mismos los máximos estándares de excelencia, innovando siempre a sus maestros de tradiciones pictóricas, literarias, arquitectónicas anteriores y continuar aspirando a la mayor calidad posible en el desarrollo de sus artes.
Pero algo ocurrió llegando a mediados del siglo xx. Lo profundo, inspirador y lo hermoso, fueron reemplazados por lo nuevo, lo diferente, y lo feo. Los antiguos mexicanos esculpieron sobre rocas, en tanto, el Museo de Arte del condado de Los Ángeles, California, solo nos ofrece una roca. Una Roca con sus 340 toneladas es considerada una obra de arte. Un plátano pegado a la pared. Una escultura, llamada Petra, vestida de mujer policía, orinando un líquido sintético. ¿Es arte o mercado sujeto a la oferta y demanda?
A este punto han disminuido los estándares. ¿Cómo ocurrió esto? ¿Cómo el ascenso de miles de años hacia la excelencia artística murió?
Cambio de canal o segundo acto
Si todo es arte, entonces nada es arte.
Algo acerca de Frank Escamole y anexas; de la comedia y el stand-up; engendros de Polo-polo, Estos dizque cómicos caen en el gag, en el chiste fácil, ramplón, falto de lenguaje y alburero. No es la "gracia" lo que nos hace sonreír. ¡No! Es el albur mal elaborado, el chiste chabacano y de mal gusto, tosco, lepero, sin más objetivo que arrancar una sonrisa a costillas del poco respeto al público; así como sus personajes que, con poco trabajo se hacen famosos, a fuerza de mentadas, groserías, pitos, matracas, espanta-suegras y chin-chin al que no se ría. Que bajo hemos caído, Dios mío. ¡Señor hazme comediante!, a ver si así trago tres veces al día, como estos reguetoneros de la comedia, Clonazepaneros e hijos del Paracetamol y el Lexotan.
Mendigo es el que no tiene y méndigo el que no da. Tic-toqueros de la comicidad y el arte. Santo Palillo, pícale el...amor propio; San Tin-Tan, císcalo por detrás; San Cantinflas, sácale el gas; Manuel Medel, mándalo al infierno aquel; Santa Vitola, pícale la cola...Hoy, lo tonto, lo sinsentido y lo puramente ofensivo son considerados como lo mejor del arte actual.
Virgencita sacrosanta y sempiterna ¿Dónde quedaron Joaquín Pardavé, Palillo, Resortes, Viruta y capulina? ¿Dónde está Chaplin y los hermanos Marx?
Tercer acto
La mentalidad de “la belleza está en los ojos de quien mira”.
Ja, ja, ja. ¡No mameyes en tiempos de melones!
Como los Sofistas y Protágoras: El aire es frio para quien sienta frio y el aire es caliente para quien sienta calor porqué "El hombre es la medida de todas las cosas". Luego, entonces, el arte es arte para quien quiera y pueda imponer su creación como arte.
Epílogo
Pero con cada nueva generación los estándares cayeron hasta que no hubo estándares. Todo lo que quedo fue “expresión personal”.
La idea de aplicar estándares universales de calidad en el arte, se encuentra por lo general con una fuerte resistencia, así como abierto ridículo. Insisten en hacer pasar arte algo que no lo es y al arte genuino lo desprecian porqué no lo entienden, además se confunde con el diseño grafico.
Una luz al final del túnel
Dicho esto, una persona con conocimientos de arte y rica en contexto histórico puede interpretar una obra de arte con mayor precisión.
Si dejamos de lado las preferencias estéticas personales; y la creencia del arte por el arte sin reglas ni estándares, tenemos que:
Si dejamos de lado las preferencias estéticas personales; y la creencia del arte por el arte sin reglas ni estándares, tenemos que:
Factores como conocer los acontecimientos históricos, las tendencias de los movimientos artísticos, las técnicas utilizadas, el contenido de la obra, la composición, ideas, símbolos y los mensajes deseados entran en juego para analizar si una creación es arte o no.
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